lunes, 11 de enero de 2016

El desquicio


La Sra. Ministra de Agricultura Urbana, Sra. Emma Ortega, llamó “a sembrar en latas, botellas y tobos vacíos”. Un tal Ministerio y una tal afirmación, son una muestra de la colosal falta de cordura que ensombrece a nuestro Desgobierno Nacional. Es la mímica, caricaturesca, y palmariamente plagiada, simiesca, del llamado del Sr, Chávez a la construcción de “gallineros verticales”. Es el desvarío psicópata de un gobierno desquiciado, esquizofrénico y completamente desfasado de la realidad, ante el cual, nos quedamos vaciados de calificación y epitomes. Sin adjetivos que mínimamente lo califiquen.  Ante este tipo de nombramientos y declaraciones nos sentimos, sencillamente, boquiabiertos y paralizados porque no sabemos cómo debatir ante tanta ignorancia, tozudez y dogmatismo. ¿Qué nos están proponiendo? ¿Que renunciemos a la reactivación del campo? ¿Qué renunciemos ante la paralización de la producción de miles de toneladas de vegetales y tubérculos provenientes de miles de hectáreas plenamente aptas para la producción, pero políticamente inhabilitadas, en nuestro campo?  

?Alguna vez, Sra. Ministro, se paseó Ud. por los páramos de Trujillo y Mérida? ?Alguna vez se dio cuenta de la descomunal extensión de nuestros Llanos? ?Alguna vez entró y se perdió en la extensión forestal de Uverito, que es el doble del area total de Luxemburgo? ?Se percató, alguna vez, que nuestra area cultivable es miles de trillones de veces superior a la superfície de botellas y tobos que nos propone?

La gente que piensa, en nuestro país, ha desistido de dialogar o debatir ante la contumacia imbécil, la sencilla estupidez. Yo creo que no, que no debemos desistir de hacerlo. Que es necessário desarticularla, denunciarla y combatirla, por mucho que nos cueste encontrar una lengua de debate común. Nos están proponiendo claudicar de una política de reactivación agrícola y agropecuária a cambio de una subsistencia lumpen precária, de una subsistencia precária y mínima: plantando lechugas en un tobo de nuestro patio! Jamás lo admitiremos Sra. Ministra, jamás. Ni tiene su propuesta la más mínima factibilidad de hacerse realidad.

Todos lo sabemos y damos por establecido. Ya todos nos cansamos de denunciar, contraponer, cuestionar, siquiera debatir ante la contumacia palmaria y básica de V/ discurso. El problema es que mientras no lo hacemos, Ud. cuenta con los medios de comunicación para propagandear la mentira y subvertir la verdad. Y algunos de nosotros no nos queremos hacer cómplices, por silencio y omisión, de ese crimen. Su discurso, inocente y verde, condena al pueblo al hambre, a la miseria, a la necesidad. Es criminal.

Ya dejó de existir una plataforma mínima de entendimiento, que permita la discusión y el debate. El nombramiento de su descalabrado ministerio es la declaración contundente de la desesperación, el desafuero y la debacle que cunde en nuestro Desgobierno. El preámbulo abrupto de su fin.



 

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