sábado, 9 de enero de 2016

Carta abierta al Vicepresidente del Area Económica, Sr. Luis Salas


Sr. Luis Salas
Vicepresidente del Área Económica del Gobierno Nacional
Estimado Señor

Después de haber leído algunos pasajes de su pensamiento y obra, concluyo más o menos en lo siguiente. El problema básico de la paralización de nuestra economía:





·         con tasas de decrecimiento del PIB en el orden de los dos dígitos
      ·         hiper inflación anualizada cercana al 300%
      ·         paralización del 70% de la capacidad operativa instalada
      ·         restricción casi absoluta de la libertad económica
      ·         descalificación sistemática y continuada de nuestra economía como oportunidad de inversión por las principales agencias internacionales públicas y privadas, desde S&P (no sé si sabe lo que es) hasta nuestros últimos aliados comerciales como la República Popular China
     ·         y un largo y tedioso etcétera

éste problema, el económico, que penaliza los aspectos más básicos y fundamentales de nuestra vida cuotidiana, al punto crítico de afectar gravemente la disponibilidad de alimentos y medicinas; este pequeño problema, que nos está conduciendo de una crisis grave a una plena catástrofe de proporciones humanitarias; éste problema, para Ud., se reduce básicamente a un enfrentamiento de clases. La paralización del aparato productivo se debe al chantaje de “una guerra económica”. La inflación se debe a la “usura de los capitalistas” y se resuelve con un más extensivo y profundo “control de precios justos”.

Es el conflicto de la burguesía y el proletariado. Que se resuelve, en última instancia, en la agudización de las contradicciones que harán colapsar un modo de producción, para dar lugar a otro, resuelto en síntesis dialéctica. Se trata de una lucha, de “un conflicto de poderes”, la lucha que culminará en el karma de la justicia social llamada la dictadura del proletariado. El pensamiento político, por sí mismo, no existe sino cómo extrapolación de la extracción de clase.  Qué, cómo dijo Gyorgy Lukács (no sé si lo mandan en las universidades bolivarianas porque es un pelín difícil de leer) deforma epistemológicamente la percepción de la realidad. La burguesía, con o sin conocimiento de causa, malgré lui mon ami, forma y deforma sus intereses de clase a través de una ideología, que cabe a la élite revolucionaria, desarticular de cualquier forma, “a como sea”, desmontar, aniquilar y destruir. Porque es la milicia revolucionaria, la élite de la Revolución Bolchevique o la de la Revolución Cultural, la que tiene el mandato de clase para subvertir y comandar, la detentora suprema de la verdad verdadera. Es el mandato de la auto-determinación del proletariado (cito a Karl Korsch, ¿se lee en la Universidad Bolivariana?)

Con estos breves párrafos puede constatar Sr. Luis Salas, que tal como yo, existimos miles de venezolanos que se pasearon por sus caminitos verdes, que entendemos su lenguaje, de donde lo sacó, por donde viene, quién lo enseñó, qué se trae bajo la manga o por dónde viene el mango. Esos miles de venezolanos que leímos la literatura marxista y somos gente de izquierda. Hemos, casi todos, dejado de ser marxistas hace muchos años, pero seguimos militando en la causa de la justicia social, con nuestras convicciones bien arraigadas y bien sólidas. Así que no se crean emisarios del pueblo, justicieros del bien, adalides de la verdad y la justicia.  

Su formación profesional, Sr. Ministro, está desfasada de la realidad casi doscientos años, de la misma forma que el “pensamiento Bolivariano”, desde el punto de vista político,  está desfasado ¡trescientos años! Se quedó anclado en el pensamiento de Hegel y Ricardo y Feuerbach ¡en el pensamiento socio político de dos siglos atrás! ¡Doscientos años que aparentemente pasaron en vano! No solo desestima el desarrollo del pensamiento socio-económico de 5 generaciones, sino que ignora los millones de campesinos ucranianos muertos en manos de Stalin; no, eso es mentira, no existieron; los millones de intelectuales chinos muertos en manos de Mao; no cuentan, eso es puro embuste, ¡nunca murieron! Esos muertos, Sr. Ministro, no fueron en su mayoría ejecutados por sus convicciones ideológicas; sino que murieron de hambre como producto de las ideas económicas de la más pura heterodoxia marxista, que viene Ud. a reavivar en una reformulación neo arcaica inconcebible. Pero la Historia no tiene nada que enseñarles mientras los ilumine la razón de clase y la misión histórica.

Sr. Luis Salas, Vicepresidente del Gabinete Económico. Ud. probablemente está preparado para enseñar el pensamiento socio político de mediados del siglo diecinueve, el pensamiento de hace más o menos doscientos o doscientos cincuenta años atrás. Podría llegar a ser una eminencia académica en su especialidad, a su debido tiempo y con su debido esfuerzo, disciplina y mérito. Pero, por lo que he leído, su encuadramiento intelectual y su capacidad técnica para manejar el Gabinete Económico del País, está en cero, es nula.

Me gustaría haber encontrado en Internet algún artículo suyo referido a la Paridad de Cambio, Paridad Adquisitiva, Paridad Cremallera, Paridad Big Mac, PPP, algún indicio de que conoce o por lo menos se preocupa, por un problema fundamental de nuestra economía (el verdadero tipo de cambio) que afecta la disponibilidad de alimentos y medicinas, que atañe a la vida y a la muerte de los pacientes que están pendientes de la importación de un repuesto o insumo necesario a una diálisis, trasplante, terapia intensiva, cirugía. He encontrado en cambio, que Ud. propugna la manutención de este “esquema” financiero. Me gustaría haber encontrado algún artículo o declaración suya referida a la reducción estructural de la inflación y que no se limitara a equipararla con la usura; una palabra sobre la reactivación del campo y la industria, el abastecimiento nacional, la generación de empleo, o al menos alguna mínima reflexión sobre la controversial retribución al trabajo y al capital, para seguir usando una terminología que me entienda. Pero he encontrado en cambio, reflexiones  espurias, absolutamente retrogradas y extemporáneas sobre lucha de clases, burguesías y lumpen proletariados.

Usted, Señor Luis Salas, no está mínimamente preparado para enfrentar los desafíos colosales, de índole sutil y endemoniadamente técnica, que ensobran nuestra economía, a nuestro país, en estos momentos que son los más catastróficos de toda nuestra historia como Nación. Si se llegara a sentar con los interlocutores del FMI o del BM (cosa que deplorablemente es probable que tengamos que hacer para sobrevivir, o por lo menos para respirar), se lo van a comer vivo, cosa que por supuesto, no me gustaría que le hicieran a nuestro Ministro de Economía.

Al borde del precipicio, su nombramiento fue un paso en frente. Un paso de valiente e indoblegable gallardía revolucionaria, el último paso ante el abismo. Lo siento por Ud., ante todo por quién lo nombró, y por todos nosotros, porque sus dialécticas de clase nos van a conducir, a muy corto plazo, a momentos terriblemente difíciles.

De esta ignominia que son las colas racionadas por números de cédula y captahuellas, para comprar harina, leche, arroz, café; de este chantaje al que nos someten contrabandistas y bachaqueros para conseguir jabón y papel toilet, pasaremos ahora a una fase ulterior en la agudización del conflicto de clases del actual modo de producción.  En esta nueva, revolucionaria y noblemente enarbolada fase que se nos avecina, dónde se le va a poner mano dura a la burguesía, es decir, al productor de queso telita, a su distribuidor y a su comerciante final, la respuesta va a ser, sencillamente, No Hay. De ninguna manera. Con cola o sin ella. A ningún precio. No Hay. Algunos colocarán su humilde letrerito diciendo que No Ay. Otros bajarán la Santa María, extenuados de subvencionar sus pérdidas a la espera de tiempos mejores.

Y en ese momento, que se anuncia a muy corto plazo, dónde no hay arroz, pasta, ni harina; dónde no habrá pollo ni carne ni huevos; dónde no habrá jabón y papel; con cola o sin cola; con dinero o sin él; en ese momento la vida se nos hará difícil. Se les hará muy difícil a las madres explicarles a sus hijos que no pueden desayunar por culpa de la burguesía hasta que llegue la dialéctica.  

Anunció que va a empezar por calibrar la buena voluntad de la Asamblea Nacional mediante la propuesta de un Decreto de Emergencia Económica. Todavía hoy, 9 de Enero de 2016, la Guardia Nacional Bolivariana tiene órdenes de decomisar equipos y detener a periodistas que reporten las colas y los anaqueles vacíos. Varias personas y periodistas fueron detenidos y agredidos físicamente por hacerlo, porque estaban “tergiversando”, con casos muy puntuales, la realidad del pleno abastecimiento. Ahora, de repente, el Gobierno reconoce que estamos ante una Emergencia Económica. Por sus declaraciones ya hemos sabido lo que piensa de esta emergencia; que se debe combatir profundizando las trincheras de la Guerra Económica: expropiando a más empresas, manteniendo estos descabellados cuatro tipos de cambio, sometiendo la actividad privada a más controles y fiscalizaciones.

El problema básico de la economía venezolana es el acertado cálculo y liberación del control de divisas para llegar rápidamente a una tasa única que permita la importación de medicinas, alimentos, materias primas y repuestos, por no hablar de la libre circulación de capitales. La reactivación de las más de 1200 empresas expropiadas. La inmediata reactivación del campo. La recapitalización y limpieza funcional de PDVSA, convertida en un festival de abastos a campo abierto. La liberación de la actividad económica que empiece a repatriar la inversión nacional y extranjera; el desmantelamiento inmediato de dos sistemas bancarios y financieros paralelos; de dos sistemas de logística de alimentación paralelos; la remoción de los generales de los Gabinetes de Alimentación y su retorno inmediato a la cuarteles, al sitio que escogieron cómo opción de vida y al que pertenecen. La inmediata revisión de los acuerdos internacionales en los que regalamos petróleo por asesoramiento deportivo; en los que regalamos petróleo a cambio de “Solidariedades Bolivarianas” comprando descaradamente votos en descabelladas iniciativas mesiánicas como el Alba (que súbitamente se transformó en un Ocaso). La auditoría de las instituciones mediante la restitución de la libertad de expresión y autonomía de los medios, que actúen como garante de un marco de actuación mínimamente transparente y asegure un funcionamiento mínimo de las instituciones. Y un lago etcétera.

Si su decreto de Emergencia Económica contempla por lo menos algunos de estos aspectos, y una propuesta sensata de ejecución, no tengo la menor duda de que la Asamblea Nacional se lo otorgará con mucho gusto.

El Sr. Chávez conquistó sus altas cuotas de aprobación y popularidad porque le salió la lotería del siglo. Su período de mandato coincidió con los más altos precios de petróleo de la historia, considerados en moneda corriente o constante. Las arcas del Tesoro Nacional fueron súbitamente inundadas con tanto dinero que no solo dio para sufragar a cuantas misiones y proyectos se le ocurrieron, sino que daba para subvencionar el Estado fallido de Cuba, financiar elecciones de aliados en el exterior, lanzar satélites, comprar medios de comunicación nacionales y financiar el lanzamiento de medios de comunicación internacionales; y aún sobró dinero para que una élite, revolucionaria y cínica,  se apropiara indebidamente, a través de Cadivi, de por lo menos 100 000 millones de dólares, el mayor esquema de corrupción pública jamás conocido en la historia de la humanidad. Hoy, los precios del petróleo, están llegando a la quinta parte de lo que fueron. Y de acuerdo a la experiencia histórica y al panorama internacional, pueden seguir bajando mucho más. Ese es el meollo del problema. Es un nudo Gordiano. Y ésa clase de problemas, no se desentrañan fácilmente; se cortan por lo sano. El precio social, quédese el que sea en el poder, va a ser enorme, espantoso.

Me temo que, en cambio, su decreto venga a pedir permiso para combatir la Guerra Económica con medidas más extremas y radicales. Medidas, que cómo ideólogo del Gabinete Económico, Ud. pensará que vendrán a agudizar las contradicciones del modo de producción hasta llevarlo a la crisis de la desintegración y síntesis dialéctica.  

Y estoy seguro que esta actual Asamblea Nacional, elegida por una mayoría aplastante del pueblo venezolano, no se lo va a aprobar, porque no va a entender como se le da de comer a la gente con revoltijos de epistemología y dialéctica.

Seguramente, después vendrán las consabidas acusaciones de que no pudo hacer nada por el entorpecimiento y conflicto de poderes, de confabulación de la derecha con los intereses oligárquicos de Fedecámaras y bla bla bla.

La verdad es que su modelo, y el de quiénes lo nombraron y acompañan, terminó. Se les acaba la verborrea esperpéntica de “pueblos”, “revoluciones”, “colectivos”, “comunas” y “comandantes eternos”. La gente no es burra y se pregunta de dónde sale la plata para empapelar al país con fotos de Chávez pero no hay dinero para pasta y arroz.

A Ud. personalmente, ya que le estoy dirigiendo esta especie de misiva (que por supuesto no llegará a leer porque me leen apenas tres o cuatro amigos) le recomiendo lo siguiente. Después de que le rechacen contundentemente su decreto de Irreconciliación Nacional, diga que quedó con las manos atadas y que no puede hacer más nada. Renuncie pues. Para su bien y el de todo el País. Hágase una autocritica  sincera y reconozca que es básicamente un ideólogo marxista, y que no está mínimamente preparado para ser subgerente de la sucursal de un banco; ni por asomo, Jefe del Gabinete Económico de éste País.

Su nombramiento es infortunado, inadecuado, infeliz. Pero es sintomático de los tiempos. En los últimos tres años, el Presidente Nicolás Maduro ha nombrado ministros al ritmo de uno nuevo cada quince días. A excepción de algunos casos, in extremis, como el suyo Sr. Salas, se han tratado básicamente de enroques, de un pequeño grupo que se turnan las posiciones de Poder, como un grupito de niños se intercambia una vieja colección de barajitas deshilachadas, de edición suspendida y limitada. A éste Gobierno se le han agotado todos los recursos, hasta los recursos humanos, y éste, no me cabe la menor duda, será su último Gabinete Ministerial. Tuvo la oportunidad de retificar, aunque fuera para salvar la cara y culminar su mandato.  Tuvo la oportunidad de aceptar y transigir, negociando una oportunidad única de Reconciliación Nacional llamando al Gabinete a integrantes de la Oposición. Pero, una vez más, ha dado muestras de incapacidad, de falta de inteligencia, de dogmatismo imbécil, y sigue demostrando su absoluta ineptitud en matérias de sensibilidad política, percepción y olfato,  tacto emocional. Debe creer, en el fondo de sus convicciones solipsistas, que va a poder instigar un enfrentamiento, una sublevación, legitimar un autogolpe; cualquier idiotez parecida, porque cuenta con "El Pueblo" (al que, en represalia infantilezca, le ha re-expropiado Taxis, Viviendas y Canaimas). Incapaz de darse cuenta de que su supuesto pueblo le está diciendo que ya basta, que se vaya, que quiere trabajar y comer, y llegar sano y salvo a su casa para poder descansar de esta histeria colectiva y poder dormir.






  

No hay comentarios: