sábado, 3 de octubre de 2015

¿Votar?

Sí, por supuesto. Vamos todos a votar el 6 de diciembre, cuales corderitos mansos. A hacer nuestra colita ciudadana, con nuestra botellita de agua en la mano. Con nuestro sombrerito o paraguas para el sol o la lluvia. Con sillita de pescador para los más viejitos. Verificando nuestro número de mesa en una lista. Poniendo el dedito en la maquinita especial. Firmando y dejando que nos tiñan el meñique con esa tinta especial. Las cosas especiales que aseguran justicia, imparcialidad, ecuanimidad en las elecciones de Venezuela. Y vamos a cambiar al País. De ésta vez. De una buena vez. Y por todas. Ahora sí. Ya nos van a ver.

 

¿Cuántas veces lo hemos visto? ¿Cuántas veces se han robado (tergiversado, obstruido, manipulado) las elecciones en Venezuela?

 

Vamos a votar, ok.

 

No estoy llamando al abstencionismo. Pero vamos a argumentar, en una serie de artículos, que votar, y colocar en ello nuestras esperanzas de cambio, es inútil, porque es ingenuo. Profundamente naif, inocente. Es no saber dónde se está parado.

 

1.- PRIMERO. El Régimen sabe que lleva toda la desventaja del mundo para perder las elecciones, y frente a ese escenario hará lo posible para impedirlas. Se inventará cualquier cosa, una guerra contra Colombia y otra contra Guyana, una Guerra Económica con Estado de Sitio; lo que sea, para impedirlas.

 

2.- SEGUNDO. Probablemente no van a poder impedirlo porque son ineptos e incapaces para ejecutar ese plan, y con eso argumentar una distracción. Nuestros vecinos, sobretodo Juan Manuel Santos, saben interpretar exactamente de qué se trata esto, y no están dispuestos a participar como cómplices en estas fantochadas mediocres. Impedir las elecciones es una posibilidad muy fehaciente, pero cada vez más se les agota el tiempo.

 

3.- TERCERO. Vamos a elecciones y el Régimen las pierde. ¿Qué pasará? ¿Cambiará Venezuela? ¿Empezaremos a ver la luz al final del túnel? ¿Será el principio del fin de este régimen arbitrario, antidemocrático y despótico? NO: No pasará absolutamente NADA.  

 

Estamos yendo a estas elecciones como si fueran una opción de Régimen. Ni siquiera son elecciones presidenciales. Y las últimas fueron indudablemente robadas. Después de ganar las elecciones, la Asamblea Nacional quedará secuestrada bajo las alas del régimen dictatorial y despótico de siempre. Será amordazada, infiltrada, destruida. Además la Asamblea, en los últimos tiempos, después de tantas Leyes Habilitantes, desempeña un papel secundario, completamente subyugado por el Ejecutivo.

 

Vamos a votar, muy bien, OK.

 

Pero es absolutamente inútil, una pérdida de tiempo. Sobretodo otra pérdida más de la esperanza democrática. Después del triunfalismo de las elecciones vamos a quedar más decaídos, más pobres, menos esperanzados que antes. En otras palabras, vamos a quedar peor que antes. Porque “dominamos” la Asamblea, entre muchas comillas, pero no tendremos voz ni voto. Porque todos los demás poderes, Ejecutivo, Legislativo, Electoral, y FFAA, no solo lo ignorarán olímpicamente, sino que ejercerán boicot, silenciamiento, ostracismo. Porque tienen todos los medios a su favor, empezando y terminando por los medios de comunicación, los tienen a todos.

 

Vamos a votar, OK.

 

Sabiendo que no vamos a cambiar absolutamente nada. El cambio tiene que venir por otras vías. Esa otra vía (a mi no se me ocurre otra) es la presencia masiva del pueblo en la calle en HUELGA GENERAL. Otra vez. Sin cometer errores.

 

¿Quién la debe convocar? Leopoldo López. ¿Porqué él, cómo, cuándo y dónde?

 

Será objeto de otra entrada, otro post.  

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