sábado, 18 de abril de 2009

El arte de Manola Borrajo




Manola me encontró en Facebook y me escribió un par de líneas. Hola, ya no te acordarás de mí, Manola, Manola Borrajo, rings a bell? Le eché una miradita a tus dibujos en Flickr. Veo que te gustan las líneas. A mí me obsesionan los puntos. Sí, yo también pinto. Puedes ver mis cosas aquí. Así me lo dijo, con este “aquí” hiperlinkado y esta naturalidad.

Ya se sabe como son estas cosas. Hoy día cualquiera pinta, toca el bajo o el saxofón, es ventrílocuo, cualquier guevón como yo se cree escritor. Y hay que tener un poquito de paciencia y sensibilidad con todos, porque eso es lo que hacen con uno. Bueno, cliqué en el “aquí” azul subrayado y Fuas, entré en la dimensión fractal del espacio tiempo. ¡Coño! ¿Dónde estoy? ¿Qué vaina es esta?

Mis dibujos tienen líneas, sí, pero es algo de lo más normalillo del mundo. La tradición del “rendering” con “cross hatching”, o dicho en cristiano, la texturización y sombreado con líneas cruzadas es una cosa más escolástica que el cagar. De hecho, ésa es la parte que se enseña y se debe aprender en la escuelita. Así que cuando alguien me dice que usa puntos inmediatamente me pongo de pie atrás, porque la utilización del punto regla general no es una técnica sino una exploración asociada a artistas o escuelas. Desde Seurrat y Signac hasta Roy Lichenstein, desde el aduanero Rousseau hasta el arte aborigen de Australia, desde el puntillismo al abstraccionismo geométrico soviético hay toda una tradición, tanto en sus vertientes eruditas como naives, que se paga caro ignorar.

Bueno y entré, pues, al site de Manola con esta condescendencia culta que me caracteriza y que me ha dejado el culo pelado de tanta patada que me he llevado en la vida. Como estaba diciendo: verga, coño, que es esto, etc?! Esto son fractales. mano, son Mandelbrots sacados del alma. Eso es lo que son para mí las cosas de Manola. Como ella dice con toda simplicidad “it has to be this way”, tengo que hacerlo así, con estos puntos, es así que me sale. Y ésta es precisamente una de las marcas del arte verdadero, una especie de test de la veracidad y del valor, sentir que debe ser así, de esta forma barroca y loca, y no de otra.

Los puntos de Manola no son elementos pictóricos al servicio de la composición, o de la luz, o menos aun del dibujo. No son recursos al servicio de nada, no se justifican en términos formales porque no se prestan como pretexto a nada. Los puntos, ellos mismos, su tejido, como en una pieza de brocado fantástica, constituyen el tema. Por eso las piezas que más me gustan tienen un carácter casi abstracto, accidental, como cuando descubrimos la cabeza de un toro en las nubes, o el arco y las flechas de Orion en una constelación. Los puntos de Manola son gotas de una pasión que cae en la tela y que ella trabaja con aquella minucia y cariño infinitos que solo somos capaces de prodigar a un gran amor. Y los soportes, tablas, vidrios, lienzos, van adquiriendo texturas propias como si de ellos emanaran las estalagmitas de unas grutas mágicas o se tratara de una escritura Braille hecha para enseñar a ver. ¿Qué más te podría decir, Manola?

"Nosotras acabábamos de entrar a primero y ustedes ya estaban como en cuarto o en quinto y los mirábamos así como nuestros héroes, jeje. ¿Te acuerdas?" Claro que me acuerdo, pero aunque no lo hiciera, a partir de ahora sería imposible olvidarte. Eres la que nos ganó a todos a los puntos, chica. Un gran beso para ti, Manola. Que tengas por ahí una hermosa primavera.

1 comentario:

manola dijo...

Jaime me encanto!!!
Si tan solo te lo pudiera decir con puntos. Gracias, esta primavera luce maravillosa.