martes, 7 de agosto de 2012

El día del cometa


Las esferas giran todo el tiempo
A nuestro alrededor, sin que las veamos
Unas dentro de otras
Muy plácidas y bonitas ellas
Sin abajo ni arriba
Nosotros dentro
Tipo gato de niño malo
Revolcado en una lavadora.
.
Contienen los números astrales
Y sueltan música celestial
Estas esferas, bellas ellas.
Giran y giran, desde el origen de los tiempos, sin parar.

En el silencio de la oscuridad sideral se van dando vueltas
Tocándose levemente ecuadores con arcos meridionales
Rozándose sutilmente ápsides con zénits
Nadires con azimuts acariciándose
E sucede. Un día sucede. No te lo esperabas.
Sucedió.

El problema es que no se ve.
Pasó y ni cuenta te diste.
El día que tenías cita con el médico y te habían cortado la luz.

Las constelaciones son muchas
Los destinos zodiacales ni se cuentan
Y la cantidad de esferas es tan grande
Que la combinatoria de las permutas universales no se acaba nunca.

Uno sale a la ventana y no ve nada
Ni el antes ni el después.
Se interponen las nubes,
El smog, la contaminación lumínica
De que vale que todo esté escrito si no puedes leer nada?

Cuesta un mundo aceptar que las esferas están ahí
Que ignoramos las mil cosas
Que desde el fondo de los tiempos
las infalibles mecánicas celestes
escribieron dentro del rayo de nuestras vidas.

Ahí ya estaban y continúan estando todos
A todos quienes conocimos y nos falta conocer
A quienes amamos y aún vamos a amar
Y a todos los demás
a los que hemos herido, y dejamos mal
a todos los que nos falta meter en la lavadora.

Y sucedió.
Un chorro interminable de metras cayéndose del cielo
tipo la piñata de un sádico.
Con aquel ruido de lluvia metálica astillando todo por todo lado
Hiriéndonos la cabeza y el rostro hasta volverlo hinchado, irreconocible
Y todo el mundo resbalándose, cayéndose
Partiéndose brazos y costillas
Dando tumbos un millón de veces
Incrustándonos ojos cíclopes en la frente
Ojos ciegos, mirando en todas direcciones sin ver nada.
Corriendo desesperadamente en todas direcciones para salvar los gatos.

Por qué, cómo sucedió?
Las esferas.
Tranquilas, girando impertérritas
Indiferentes a todo y a todos
A nuestra sangre, al sadismo inocente de los niños
Al sufrimiento estúpido del gato.

Bueno. El gato, por cierto, se salvó
Porque no estaba conectada el agua caliente ni el ciclo de secado.
No pasó de un buen revolcón mojado.
Medio se tambaleó por un rato, y al ratico se durmió.

Pero las secuelas de la lluvia
Esas quedaron. Muchas de las metras se nos incrustaron bajo la piel, tipo tumores.
Unos quedaron mancos, otros ciegos.
Y todos, sin excepción, deformes
Con los pómulos partidos y los ojos para siempre hinchados.

Fue el día que se cruzaran un montón de epiciclos.
Nadie lo pudo prever. Hay cosas que no se pueden saber.
Y ese día sucedió.
Pero también ya pasó.
Dicen que fue un cometa que se cruzó con la Tierra.
La gente se inventa cualquier cosa.

 Leica, la gata
Sobrevivió doce años más
Y nunca pronunció una palabra sobre el incidente.
Ni siquiera el día que le metieron las crías dentro del microondas.
Se le inflaron los ojos como globos
Y después explotaron.
Tampoco dijo nada.
Las esferas siguieron girando
Y ella como si nada.

1 comentario:

Angie dijo...

Que lindo y pobre gata