domingo, 17 de enero de 2010

Carta abierta a Felipe González


Estimado Señor.

Intentaré responder al apelo que usted lanzó, en el sentido de aportar ideas con relación al debate sobre los derechos de autor. Será una más de entre las muchas respuestas que habrá recibido, y no estoy muy seguro que esta en particular, la mía, le llegará a usted. Pero así funciona la red, tirando botellas con mensajes, no muy seguros de que le llegarán a un destinatario específico, pero con la esperanza de que alguien repare en ellas, despliegue el mensaje y lo lea. Y casi siempre hay alguien --en México, en Australia, en Las Filipinas-- en las costas más remotas e improbables, que se lee el mensaje y lo vuelve a colocar en otra botella, que vuelve a cerrar y tirar al mar. A veces son cartas las que enviamos; otras veces son películas y libros.

Este sentido de comunidad universal –esto de que un portugués nacido en Venezuela y viviendo en Nueva Zelanda le envíe una carta a un ex primer ministro español-- esta cosa maravillosa y abracadabrante, es algo nuevo y único en la historia de la humanidad. Muchos de nosotros creemos que estamos a punto de dar un salto hacia adelante aún más grande que aquél que se dio en el siglo XV con el advenimiento de la imprenta. Y se trata de un paso muy grande porque hay una brecha enorme que está separando a dos mundos. Hay un mundo de antes y un mundo de después, y las reglas de uno no se acomodan al otro.

Los derechos de autor fueron concebidos de acuerdo a una tecnología y a un modelo cultural que pertenecía al mundo de antes. Y usted mejor que nadie sabrá que es inútil aferrarse a ideas y modos de hacer de antes. ¿Cuantos talleres familiares y pequeñas fábricas no han tenido que cerrar en España porque pertenecían al mundo de antes? Aunque la cifra de desempleo supere el 20% a nadie se le ocurre proteger un sector de actividad obsoleto, trátese de la industria de la sardina, o de las velas, o de las castañuelas. Pues, con la industria cultural de antes, con las grandes editoras, las grandes discográficas y productoras cinematográficas, sucede exactamente lo mismo: son industrias muertas, restos de un pasado agonizante. Con una diferencia: es que el pobre pescador que se quedó sin empleo, allá en Galicia o Asturias, no cuenta con los recursos, la preparación y la influencia que estas grandes compañías ejercen en Madrid.

Y este es el primer punto, la primera de un par de ideas que quisiera aportar a esta discusión y que le quisiera transmitir: que no se trata de una confrontación entre gente sin escrúpulos, por un lado, y autores, por el otro. Los pobres autores son los que menos ganan y los que menos tienen que perder en este debate –aunque seguramente muchos saldrán a vociferar en esta arena. Quién realmente pierde es toda la parafernalia industrial que se ha montado alrededor de la producción cultural.

Esta es la segunda idea que me gustaría transmitir: que en el peor de los casos, la cultura no pierde nada con la extinción de estas fábricas. Los principales afectados son las mega corporaciones que venden millones de best sellers, millones de discos, millones de tickets de cine. No dudo que despenalizar el intercambio libre de contenidos pudiera afectar el patrimonio personal de J.K.Rowlings o de Dan Brown, o de los herederos de Camilo J. Cela, por poner un ejemplo que ayer salió en los periódicos. Pero, por una parte, no siento por ellos la menor lástima; y por otra, dudo que si esta gente dejara de escribir (o de acuchillarse) la humanidad perdería algo importante. Y este mismo razonamiento es aplicable a la música de Rihanna o las coreografías de Britney Spears. En el "nuevo escenario" este tipo de libros y música y cine seguirán produciéndose y seguirán teniendo su público --cosa que me parece muy bien-- aunque no tendrán, seguramente, la divulgación que la industria "cultural" actualmente les imprime. Por el contrario, producciones que hoy día no encuentran expresión, precisamente porque no son tan fácilmente “empaquetadas” en esta industria, tendrán una mayor divulgación y harán de la cultura un espacio más diversificado y más sano.

Hay decenas de argumentos a favor de un replanteamiento profundo de la temática de los derechos de autor y nadie sabe muy exactamente adonde esto nos va a llevar. Nadie quiere desmotivar la creatividad, ni robar lo que le pertenece a otro, eso es seguro. Probablemente terminaremos reevaluando el protagonismo del autor y el valor de la originalidad, tal como lo entendemos hoy; no se sabe. Pero, lo que muchos de nosotros creemos, sabemos, es que no va a ser mediante la imposición a la fuerza, --por una decisión de un consejo de ministros o por la resolución de un juez-- que dejaremos de creer en este sueño que empezó a circular por el mundo, como un mensaje de esperanza dentro de una botella. Este sueño está al alcance de la mano y consiste en poner toda la cultura de la humanidad disponible para todos, una biblioteca en la que no se le veta el acceso a nadie, y menos aún en virtud de su condición social o capacidad pecuniaria. Una biblioteca a la que pueda acceder el tercer mundo y cualquier mundo, siempre y cuando se respeten algunos valores fundamentales, como el de la libertad de pensamiento y de expresión. Educación para todos. Los mejores materiales didácticos de las mejores universidades del mundo disponibles para el más humilde de los ciudadanos en el país más humilde del mundo. Y de la misma forma que dentro de una biblioteca se "suspenden" las leyes de propriedad intelectual, queremos esa misma suspensión en todo, para todos, en todas las partes del mundo. Por eso, no reconocemos como legítimas las pretensiones de regulación y control, y las consideramos como manifestaciones de ignorancia y de totalitarismo.

Por último, permítame que le haga una sugerencia. Hay gente, mil veces más autorizada que yo, que viene debatiendo estos temas desde hace ya algunos años. Con el poder de convocatoria que le da su prestígio internacional, y dado que me parece que sinceramente quiere entender el punto de vista del otro, yo le sugeriría que promoviera un encuentro internacional en España. Le puedo adelantar algunos nombres, casi a titulo de ejemplo. Richard Stallman, Lawrence Lessig, Chris Anderson, entre muchos otros, vienen abogando por la discusión de estos temas hace muchos años. En Suecia, estas discusiones ya alcanzaron una dimensión social: el año pasado, el partido pirata sacó 7,2% de los votos y dos diputados al parlamento europeo. El Piratebyron, otra organización sueca, se está convirtiendo en un modelo y una referencia a nivel internacional. Por supuesto que, convocar un tal encuentro, implicaría reconocer implícitamente que se puede discutir esta materia tabú y de inmediato encontrará muchísima oposición del mundo de antes, de los dinosaurios del pasado. Pero ojalá lo haga, ojalá promueva de esta o de otra manera, este debate. Estoy firmemente convencido que si no lo hace usted, otra persona lo va a hacer, alguien va a recoger del mar anónimo esta botella. Esta botella u otra cualquiera, eso no importa. Como no importaba, para los antiguos constructores de las catedrales, el quién había hecho qué. En algunas de ellas dejaron una piedra grabada, una botella: Adamo me facit, me hizo la humanidad.


El viernes pasado, el consejo de ministros del gobierno español, aprobó la llamada “ley antidescargas” que le permite cerrar páginas web que promuevan o difundan contenidos protegidos por derechos de autor. Desatada la polémica, Felipe González exhortó a que los utilizadores propusieran alternativas.
Para adherir a la protesta: www.red-SOStenible.net

La foto es una portada de un disco de Rihanna, y casi seguro, debe de tener derechos de autor pertenecientes a Sony o Emi o cualquier cosa por el estilo. Oops, i did it again.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos mis saludos y todo mi apoyo.
Estoy totalmente de aucerdo,y soy un autor, o al menos eso intento.

Albert Pan / ASTOBAHN

strider dijo...

Me ha gustado mucho tu artículo. Me parece muy correcto y muy bien razonado.

Anónimo dijo...

VÍDEO: Mara Torres entrevista a David Bravo en La 2 Noticias sobre la Ley antidescargas (pásalo)

Jaime Senra dijo...

Gracias amigos. Al mensajito le ha ido muy bien, navegando de lo más tranquilo por las redes españolas, en menéalo y twitter. Ahora a esperar y ver si me devuelven mi botella (o me tiran mi botellazo, jeje).