martes, 2 de enero de 2018

Náufraga de comiquita y otras fantasías de isla desierta


Despierto de un inmenso, largo y profundo letargo. Aspaviento los brazos y las manos diciendo que ésta soy yo, estoy aquí, pero nadie me escucha o me ve. Llevo meses perdida en el océano, al sabor de las corrientes. Ya ni me acuerdo de tener tierra bajo mis pies, del puerto o del día en que partí. Hacia ninguna parte. Perdí la esperanza de un arribo. Y hace tiempo que dejé de gritarle a los barcos, que majestuosamente me ignoran en su certeza de tener horarios y destinos. Se me entumeció el cuerpo. Se me diluyó. Impregnados de sal, los pensamientos empezaron a estallarme como estalactitas o estalagmitas o qué sé yo. Todo claro y cristalino. Todo incierto. Me sobrevuelan pájaros enormes. Alcatraces, me imagino, cóndores improbables. Me miran, me miden las fuerzas, me evalúan. Por breves segundos. Tampoco les intereso. Mucho ni poco. Me miran con esa indiferencia de la que solo un pájaro es capaz, hacia una mujer, y me dejan ir. 

Me gustan los aeropuertos porque también yo tengo un punto de partida y de llegada. Las luces verdes y rojas, fijas y titilantes, el susurro permanente de la gente, las pancartas que giran haciendo chacachacachaca. Todo el mundo ajetreado. Unos con prisa. Otros sin prisa ni pausa. Todos pretendiendo volar, como yo lo ansío, en el sueño y la vigilia, desde niña. Todos sujetos a una puerta. Todos cargando su equipaje. Todos medio hambrientos o sedientos. Todos cumpliendo un itenerario impuesto, una ruta preferida, una escala inesperada. Pero la certeza de un destino. 

Ya no sé qué estoy haciendo, es evidente que me ahogo. Aunque he desistido de implorar socorro o ayuda. A lo mejor digo adiós. Se me mueven mucho las manos, es difícil adivinarlo. Debe parecer evidente que suplico ayuda. No menos evidente es que mi necesidad no podrá más que mi orgullo. 

A veces me siento como un hombre, bien macho. Fuerte e inconmovible como toda una piedra. Bien bruta. Que me basta con echarle una ojeada de soslayo a un mapa. “Sé mejor que el GPS, no joda. Nací y me crié aquí. Jamás le pregunté a nadie por una dirección”. Jejeje. Quisiera yo ese mapa. Leerme las constelaciones. Sentirme paloma mensajera con osciloscopio integrado al cerebro. Jajaja. Saber cómo orientarse en el laberinto de la vida. Ese tipo de cosas. Certezas. Seguridades.

Aunque todo esto estaba sucediendo antes de que me despertara. Me levanté de sopetón, a medio de otro de mis sueños recurrentes. Estaba sola. Toda alma viva ha dejado de existir en este mundo. No hay absolutamente nadie. Todos desaparecieron. No están siquiera muertos. Simplemente no están. Estoy yo sola, caminando hacia atrás y adelante, azorada, evaluando la magnitud de tamaña soledad. Se fueron y dejaron la luz encendida. Dónde se habrán ido todos, Dios mío. Es cierto. Por fin compruebo lo que siempre sospeché. Que todo era una confabulación inmensa. Que todos sabían algo que yo no sé. Todos se fueron a aquel sitio, del que nunca me contaron. Y yo como una verdadera tonta, asintiendo con la cabeza, toda sonrisas, diciéndole a todo el mundo que lo había entendido todo. Qué equivocada estaba. Como fui tan inocentemente engañada.

Me dejaron el mundo para mí solita. Más de lo que pueda abarcar. Lo tengo todo. Todo es mío. Todo el esplendor del atardecer, todo El Oro de España. Es raro. Porque ya nada me hace falta. Vuelvo a alzar los brazos y a mover las manos. Por supuesto, en vano. Aparentemente soy única y seré diferente. Sin duda proscrita y condenada. Quién sabe si soy elegida, si todos se hundieron en un pozo infernal por la condenación de sus pecados, quién sabe. En cualquier caso ya no me apetecen quesos ni vino con velas. Los pezones se me retrajeron dentro de las tetas, y las tetas dentro del cuerpo. Todo tiende a desaparecer. Es obvio que no quiero nada. Me parece absurdo salir a la terraza para hacerles señas estúpidas a las estrellas. Estoy aquí, mírenme estoy aquí. Qué necedad. 

Ya no sé qué elegir. Si morirme sola, o morir sola y ahogada. Es difícil decidir. A la gente le da mucho miedo escuchar este tipo de cosas. Normal. Aunque nadie me obliga a escoger. Y prefiero no morirme, pues. Final feliz. Todo el mundo contento, empezando por mí. Ok. Voy a vivir. De incógnito y agazapada esperando caerle al amor por asalto. Sin decirle nada a nadie. Mucho menos eso de hola soy yo, muevo mucho las manos, no sé si se me nota, me contengo para no tocarme el pelo, no puedo evitar sentirme frágil, miren la mujer invisible, coño, soy yo y estoy aquí. 

lunes, 25 de septiembre de 2017

¿Alguien más?






Me tropiezo con una vieja canción de Pink Floyd. Ya no me acordaba. Vera. Es un tema pequeñito, chiquitico, menos de dos minutos, tres escalas, tan humilde y diminuto. La letra y la música son de una simplicidad conmovedora. Conmovedoras. WTF. Las palabras no pueden ser más sencillas, más transparentes.

Does anybody here remember Vera Lynn?
Remember how she said that
We would meet again
Some sunny day?
Vera, Vera
What has become of you
Does anybody else in here
Feel the way I do?

¿Hay alguien por aquí que recuerde a Vera Lynn?
Que se acuerde de aquello de
¿Nos volveremos a encontrar
Un día de sol?
Vera, Vera
Que es de tu vida
¿Hay alguien más aquí
Que sienta esto cómo yo?

Llevo añales preguntándome (yo, y la Humanidad en particular) en qué consiste la belleza, cuáles son sus atributos. ¿Cuál es ese misterioso toque mágico que produce la belleza? Eso que transforma tres o cuatro expresiones coloquiales en un poema magnifico (aunque profundamente humilde) a lo e.e.cummings. Ese sutilísimo toque de piedra filosofal que por magia todo lo transforma y trasmuta.

Estoy seguro de que son tres parámetros y que no pueden ser más ni menos de tres. ¿Porqué? Porque la filosofía, según los griegos, estaba constituida por tres áreas. Y porque, también según ellos, la tríada es el conjunto perfecto. (Esa es la razón, dígase de paso, por la cual los escolásticos de la Edad Media agregaron el Espíritu Santo y cagaron primero la teología y después toda vaina. Todo lo volvieron mierda, pero eso sí, se quedaron con TRES).

La filosofía pues, según los griegos, se ocupaba de tres áreas, estudiaba lo Bello, lo Justo y lo Verdadero. Cada uno de estos temas daba lugar a una rama, respectivamente la Estética, la Etica y lo que hoy día llamamos propiamente Filosofía, y que estaba comprendida entre lo que después terminaron siendo la Ontología, la Metafísica y la Epistemología en sentido amplio, o Teoría del Conocimiento. El epistema de la ciencia tardaría unos dos mil años más en aparecer allá por el siglo XVI, con Galileo, y desde entonces no hemos hecho más que denigrar de un sistema de pensamiento fascinante, que no solo era verdadero, sino justo y bello. La ciencia nos ha dado muchas cosas pero nos ha quitado otras tantas y por eso estamos como estamos. En más de un sentido, bien jodidos. Una crítica de la ciencia no solo es pertinente sino eminentemente necesaria. Una vaina amarga y difícil de tragar pero arrechamente curativa como un purgante. (Otro día lo haré, la crítica, o encontraré una mejor metáfora, válgame Dios. Mañana por la mañana puede ser, mientras se me cuele el café.)

Lo cierto es que, estoy convencido, y me corto una bola, de que cada una de las tres áreas de la Filosofía también está constituida por tres elementos o partes. Sé que lo Bello tiene tres cosas. Solo sé que lo sé.

A lo que voy. Que he descubierto dos de estos elementos pero me falta el tercero. En El Nombre de la Rosa, de Umberto Eco, el manuscrito que los monjes leían en secreto y que los mataba con el veneno impregnado en sus hojas, era La Poética de Aristóteles. O más bien, la segunda parte que se ha perdido por y para siempre en las profundidades de la historia. En La Poética supuestamente se exponían las partículas constituyentes fundamentales de la belleza en la literatura y la música. Esos monjes literalmente se mataban por querer conocer los secretos de lo bello. Morían como conejos. Querían conocer los tres secretos.

Lo que ya sé es que, en primer lugar, lo bello es simples. Es económico en los recursos y sencillo en la formulación. La música de Bach y la de Stravinsky pertenecen a universos distintos, pero ambas son extremamente sencillas. Una teoría física o una partida de ajedrez, solo son bellas cuando son sencillas. La Teoría de la Relatividad puede ser difícil de entender pero es muy simples y sencilla. Una cosa complicada puede no ser falsa; puede no ser bella siendo verdadera. Aunque Einstein no estuviera de acuerdo con esta afirmación. ¡Creo que jamás aceptaría una teoría unificadora con once dimensiones! Tronco e peo, no joda. Porque para él lo verdadero debiera ser bello también. En más de un sentido la epistemología del viejo era griega con bolas. Y así murió, aterrado con la física cuántica que se le venía encima y que no era sencilla ni bella ni elegante ni un coño; sino vaga, complicada y probable, cuando mucho.

En segundo lugar la belleza es triste, sosegada, melancólica. Y esto no da lugar a discusión ni mucha elaboración. Es así y punto. No te produce euforia ni risa. Más a menudo te hace llorar.

Y bueno, para terminar. Terminar diciendo que recientemente descubrí el tercer elemento de la belleza que me faltaba. Bueno, es una de dos cosas. O es El Espíritu Santo supra citado, o es la puta madre que lo parió. (No debí escribir esto. Es de una violencia atea gratuita, completamente injustificada. Pero el tercer elemento me tiene loco de perinola ya hace muchos años, no joda, ya está bueno).

Vera es una canción simples y bellísima, que, como todo lo bello, tiene múltiples niveles de lectura. Por ejemplo, aunque es de la autoría colectiva de Pink Floyd, estoy seguro de que le pertenece básicamente a Roger Waters. Vera Lynn fue una cantante inglesa de cuando la segunda guerra y muchas de sus canciones se dirigían a los soldados que luchaban en el continente. Fue la Marilyn Monroe de la soldadesca británica, su novia platónica y putativa; desde los bosques de Alsacia hasta las playas de Dunquerque, una mujer con muchos millones de pajas en su haber; en su honor, millones de litros de leche corrieron por aquellas trincheras. “Nos volveremos a encontrar” es uno de sus temas de esta época, refiriéndose a la despedida de los movilizados. 

Roger Waters prácticamente no conoció a su padre porque fue destacado hacia el sur de Italia, dónde murió bajo el fuego alemán. El padre que se fue y no reencontró. La canción puede ser interpretada como un homenaje hacia su padre y hacia toda aquella generación. Lo que por otra parte también conduce a la reflexión y es medio contradictorio, porque el álbum The Wall es profundamente anti establishment, anti bélico. Desde las sirenas de Londres a la guitarra de David Gilmour. Metiendo de por medio una mujer bella y seductora cuyas nalgas y tetas enardecieron los miembros de la tropa británica. Todo pasa. Como sana una herida.

Aunque no hace falta saber nada de esto para ser tocado por esa imagen sencilla del reencuentro un día cualquiera, un día soleado y cualquiera. Ya nadie se acuerda de Vera Lynn. ¿Qué es de tu vida, chica? Aparece y explícame porqué me dejaste huérfano, pues. Andas medio perdida. Yo también, divago un pelo. Me lo prometiste y me engañaste, Vera. Tú y tus músicas, no sé cual de todas la más bella. Te fuiste, me dejaste plantado, me quedé varado, siendo niño. ¿Alguien más se siente así cómo me siento yo?


martes, 26 de enero de 2016

Emergencia o Catástrofe

Nuestro entorno laboral se ha convertido en un mundo de híper especializaciones. Ser odontólogo ya ha dejado prácticamente de ser una especialización médica. En mi consultorio odontológico existe una profesional que se especializa en caries, otro en tratamientos de conducto, un ortodentista, una periodentista, y no sé cuántas más especialidades  y designaciones. Cualquiera de ellos, por poca experiencia que tenga, sabe perfectamente lo que es un dolor de muelas.

 

Yo, durante treinta años fui especialista en un área muy específica: operaciones de grandes compañías comerciales, específicamente súper e híper mercados, compañías que disponen de docenas o cientos de sucursales; centenares o miles de cajas registradoras. Trabajé por varios años en Carrefour,  por ejemplo, que después de Wal-Mart es la segunda más grande compañía de retailing del mundo. Y trabajé quince años en Venezuela, en grandes compañías de supermercados.

 

Si a mí me preguntan que es un dolor de muelas, si un supermercado está abastecido o no, si el dolor de muelas es grave (una celulitis alastrada) o no, si el desabastecimiento es grave o no, creo que sé más o menos de lo que estoy hablando.

 

Nosotros llamamos a los productos SKUs (Stock Keeping Units). Al consumidor final le interesa si tiene Té Lipton en la casa o no. Para nosotros, el Té Lipton viene en cajas de 12, 20, 50 y 100 unidades, cada una con su código, precio, tabla de descuento, espacio asignado en los almacenes centrales, y lugar específico en el “planograma” o plano de distribución del anaquel.

 

Por razones culturales (por ejemplo, porque el concepto moderno de supermercado llegó a Venezuela traído de las manos mismísimas del Imperio, de las manos de la familia Rockefeller a principios de los años 50) los supermercados en Venezuela siempre han tendido a ser grandes, con más de 1500 mts2. En los años setenta, en la época dorada, un supermercado venezolano podía ofrecer unas 20 000 SKU, nada comparado a las 50 000 de un gran supermercado internacional contemporáneo, o las 90 000 de un hipermercado, pero un número razonablemente bueno.

 

En la medida en que tanto las importaciones como la producción nacional fue mermando, en los últimos 20 años, el número de ítems realmente activos en un supermercado venezolano típico, estuvo alrededor de las 5 a 8 000 SKU. Esto es objeto de inmenso debate entre los especialistas porque es muy difícil establecer el número exacto, debido a lo que llamamos “rupturas” (pedidos no satisfechos), suspensiones (que nunca se saben si son parciales o definitivas), interrupciones de la importación o la producción, litigios pendientes, insuficiencias de espacio de anaquel, y un larguísimo etcétera. Nada más entre mermeladas podríamos tener entre 200 a 500 SKU, según como se cuente, por poner un ejemplo.

 

Hoy subí a visitar un depósito de un supermercado venezolano, ni grande ni pequeño, sino típico. El principal referente de compra para las diez o doce cuadras a su alrededor. Un depósito que conozco hace diecisiete años, exactamente. Un depósito que, por razones estructurales, de construcción, en la que participé, siempre estuvo sub dimensionado con relación al “piso de ventas” (menos del 20%) y que por esa razón siempre lo vi “sobre stockado”, es decir “lleno hasta los tequeteques”. Lleno hasta el techo, y con los pasillos impedidos de paso. En nuestro lenguaje de especialistas, este espacio de almacenamiento no es el depósito real, es apenas el “buffer de reposición”, es decir, el almacenamiento mínimo para poder reponer los anaqueles entre entregas de los almacenes centrales, cuyos camiones obviamente no pueden llegar todos los días sino que típicamente llegan una, o máximo dos veces, a la semana. Ojalá que ese reabastecimiento fuera diario, porque eso significa más “rotación de inventarios”, más “rotación sobre activos” y “más rotación sobre la inversión” y rentabilidad, pero las condiciones de vialidad y transporte venezolanas impiden optimizar estos procesos mucho más allá de esto.  

 

Ni a esta compañía de supermercados ni a ninguna otra compañía, comercial o no, le interesa participar del desabastecimiento. No tener productos para vender, significa un infarto, un ACV, para cualquier compañía. Es la obstrucción de la circulación de la sangre, la muerte súbita. A ninguna compañía le interesa el desabastecimiento; es una suerte de suicidio. La Guerra Económica de la que participan, no es la guerra en la cual son actores, sino chivos expiatorios y vulgares víctimas. Las últimas empresas que sobreviven en este país, se están agarrando de las paredes con las uñas a la espera de tiempos mejores. Sobreviven, no porque estén haciendo dinero,  sino porque están intentando desesperadamente salvaguardar sus activos construidos a lo largo de lustros y décadas; no están explotando a nadie, no se están haciendo ricas. Ojalá estuvieran haciendo mucha plata para que las pudiéramos tributar severamente y redistribuir la riqueza social con criterios de ecuanimidad y justicia social. Ojalá.

 

Esta mañana, cuándo “subí al depósito” (una expresión muy venezolana dígase de paso) se me erizaron los pelos, se me subieron las lágrimas, aunque lo disimulé muy bien frente al gerente. Saqué mi teléfono y le saqué la foto al “depósito”. La foto que encabeza esta entrada. De las 3 000 SKU típicas de un depósito se veían dos. DOS, 2!!! De 3000 a 2. No tengo palabras para calificar esta diferencia, ni ánimo para convertirla a una tasa.

 

Las fotos satelitales que las tecnologías del Imperio les sacan a nuestros puertos, como el de La Guaira o Puerto Cabello, revelan que no existen contenedores en nuestros puertos. Sean contenedores de comida o de ningún otro tipo. La plata que se les prometió a nuestros proveedores de alimentos de Uruguay, consignada en fideicomiso, desapareció (supuestamente rumbo a China). Los exportadores uruguayos ya han declarado que suspendieron sus exportaciones de carne, queso y leche hacia Venezuela y exigen explicaciones. Pídanselas al Sr. José Mujica, que fue quién los embarcó. Personalmente se merece mi mayor respeto; políticamente, mi mayor desprecio, por inocente o ignorante. No existe ningún barco con alimentos en los puertos venezolanos; ni esperando atracar ni en camino. Y el potencial productivo nacional, que nos abastecía del 70-80% de nuestras necesidades domésticas, fue sencillamente destruido en los últimos 17 años de acoso hacia la actividad agropecuaria.

 

Existen muchas otras palabras de mi especialidad, en el “argot” del “retailing”. Una de ellas se llama “frentear”. En una situación normal, en cualquier país del mundo, una tienda que no tiene un producto, “ensancha” el espacio de los otros productos que le son contiguos en el anaquel, intenta por todos los medios disimular su ausencia. Y si esto no es suficiente, pide a los “pasilleros”, a los trabajadores encargados de un pasillo, traer los últimos productos hacia el frente y construir una especie de fondo falso. Siempre manteniendo las apariencias del pleno abastecimiento.

 

Srs. Oficialistas del Antiguo Régimen: explíquenme a mí cómo vamos a “frentear” los anaqueles vacíos si tenemos dos, DOS,  (2) SKU en el depósito!! Explíquenme cómo van a frentear esta crisis, esta “catástrofe” para citar palabras textuales del Presidente Maduro. No existe forma posible.

 

Laven sus cuentas bancarias del exterior con el jabón y el cloro que ya no existe en los anaqueles para el ciudadano común. Traspásenlas de sus esposas a sus cuñados, y de sus cuñados a sus primos, y decidan muy rápido para dónde deben ir: Cuba (por ahorita), o Corea del Norte. Los últimos dos países que, según The Heritage Foundation (una institución del Imperio que lleva más de 20 años examinando el mundo) son los únicos dos países del Planeta con menos libertades económicas que Venezuela.

 

Les digo con toda sinceridad, más como amigo de la Paz (y cómplice) que como silvestre ciudadano venezolano (que cree en le redención que proporciona la justicia): no intenten más salvar sus ideales (y en muchos casos, su botín) porque el Pueblo ya no está más con Uds. Aprovechen esta pequeña ventana de oportunidad para salvarse a Uds. mismos. Por supuesto que no a todos, pero a muchos de Uds., una vez comprobados sus crímenes, serán perseguidos internacionalmente por la justicia. Así que saquen la cuenta a sus cupos Cadivi/Cencoex, saquen la cuenta de sus jets privados, y decidan que les conviene mejor, si la Havana, Pyongyang o Teheran. No crean que van para Paris.

 

Aquí, en Venezuela, ya existimos demasiados ciudadanos botánicos y silvestres que les hemos perdido el miedo a disentir libremente y nos sentimos en el derecho de opinar. No sé cómo nos van a impedir y a meter presos a los miles venezolanos que nos limitamos a constatar y a sacarle fotos a los anaqueles vacíos.  Aquí ya no tienen más nada que buscar.

 

Arranquen sus cinco, o nueve, o no sé cuantos motores económicos, amárrense sus cinturones de seguridad, y dispónganse a volar. Olvídense de que van a enardecer su supuesto “Pueblo” con las consignas deshilachadas que nos condujeron a la catástrofe. “Su Pueblo” no tiene derechos de propiedad. Entiéndalo, de una buena vez por todas: el Pueblo se pertenece a sí mismo y a más nadie. Y el Pueblo sabe que está padeciendo hiper inflación, inseguridad, escasez y hambre.

 

Su último y definitivo crimen sería llamar a sus irreductibles acólitos, que sin duda existen,  a una conflagración civil, que desesperada e irresponsablemente buscan. Pero si lo hacen, pueden estar seguros de que su postrero y precario refugio, ante La Haya, sería Pyongyang. Porque ya 24 ex presidentes latinoamericanos abrieron los ojos; Argentina, Chile, Colombia, España y hasta Brasil (¡en estos momentos!) abrieron los ojos. El Congreso Norteamericano, la OEA y el Parlamento Europeo abrieron los ojos y los tienen bien puestos sobre lo que Uds. hagan o quieran hacer en Venezuela. Aténganse ante la constitucionalidad y las leyes, y hagan sus cálculos y sus trámites (como yo y el resto de los millones de venezolanos debemos hacer) para los “cupos de viajero” de Cadivi.

 

A mí, un humilde asalariado que trabajé 30 años para “la oligarquía”, no me vengan con cuentos chinos de una “Guerra Económica”. No estamos viviendo una situación de desabastecimiento provocado por un boicot de los “grandes capitales oligopólicos”. De 3 000 a 2 SKU, se trata de una emergencia humanitaria. Que más conviene denunciarla y tratar de combatirla ahora que padecerla con toda severidad dentro de dos o tres meses. No estamos ante un decreto (grave) de emergencia económica. Estamos ante una evidente crisis humanitaria. Que no solo me siento en el derecho de denunciar, sino ante la obligación moral de exponer y evidenciar porque va a venir.

 

Esta restricción inconcebible de la importación ante la falta de abastecimiento nacional, este crimen, solo tiene una explicación: evadir el “default”, la exposición nacional e internacional y el definitivo derrumbe. Pero ya es demasiado tarde. Llevan un desfase de muchos años. Si quieren llevar su contumacia revolucionaria y “eterna” hasta las instancias finales, que así sea. Aténganse a sus actos y responsabilícense por sus  consecuencias. Porque son un grupito, ínfimo, super enrocado, que todos conocemos por nombre y apellido.

 

Jaime Da Costa

domingo, 24 de enero de 2016

Luisana Melo, la Ministro de Salud mejor pagada del mundo

Nuestra nueva ministro de salud inauguró su gestión diciendo que tenemos el más alto consumo per cápita de medicamentos en el mundo. Le dediqué una horita a buscar en Internet de dónde pudieran provenir semejantes afirmaciones. Miré una treintena de gráficos y en ninguno, absolutamente ninguno, aparecía Venezuela entre los principales treinta o cuarenta países consumidores de medicamentos. Ya que éste Gobierno ha dejado de atacar a personas concretas para arremeter con insultos contra instituciones internacionales como la OEA o el Parlamento Europeo, esperamos que en cualquier momento se declare que la Organización Mundial de la Salud, y la ONU entera, están confabuladas contra Venezuela, en una guerra geo-política-sanitaria.

 

Solo existiría una forma posible de argumentar una tal afirmación: convertir el consumo a dólares calculados a BSF 6.30. Eso es lo que Chávez y Maduro llevan haciendo desde hace diecisiete años cada vez que aumentan el salario mínimo y lo traducen a la tasa oficial de cambio, pregonando que tenemos uno de los sueldos mínimos más altos del mundo. En estos momentos, entre remuneración directa y cestatickets el salario mínimo se sitúa en BSF 16 400, que calculados a la tasa oficial se convierten en $ 2 603. Aunque lo que ganan nuestros funcionarios públicos es un enmarañado absurdo escondido en una caja negra, según la  Ley de Emolumentos por su Régimen aprobada, los ministros ganan doce sueldos mínimos y devengan 10 meses de aguinaldo, lo que sitúa su salario anual, Sra. Ministro,  en US$ 687 238!!!

 

Ud. Sra., gana mucho más que el Presidente Obama, ¡el comandante en jefe del Imperio! Ud. es una de las funcionarias públicas mejor pagadas del mundo. Debiera darle pena y esconderse antes de dar ese tipo de declaraciones engañosas y mal intencionadas, y no revelar lo que gana.

lunes, 11 de enero de 2016

"Nulos los Actos de la Asamblea Nacional" ????

El Tribunal Supremo de Justicia dictaminó que son
“5- NULOS ABSOLUTAMENTE los actos de la Asamblea Nacional que se hayan dictado o se dictaren, mientras se mantenga la incorporación de los ciudadanos sujetos de la decisión N° 260 del 30 de diciembre de 2015 y del presente fallo.”
Estamos, evidentemente, ante el “conflicto de poderes” que prematuramente anunció el Sr. Diosdado Cabello. ¿Qué debemos hacer? ¿Acatar el fallo o perseverar en las atribuciones de la Asamblea, órgano del cual se supedita el nombramiento y constitución del TSJ?
Existe una jurisprudencia muy clara con relación a las impugnaciones ante el CNE. El Sr. Henrique Capriles esperó seis meses por un pronunciamiento del CNE ante una impugnación, período en el cuál se mantuvo y sostuvo la proclamación del actual mandatario Sr. Nicolás Maduro.
Las actuales impugnaciones de los diputados por Amazonas deben ser debidamente sometidas a proceso y a juicio. Su legitimidad no se supedita a una vulgar denuncia o recurso. Las denuncias deben ser sometidas a escrutinio y a juicio, cosa que no fueron.  Su designación y atribuciones, así como su inmunidad parlamentaria, dependen exclusivamente de su proclamación por parte del CNE, cosa que aconteció y es un hecho de facto. En este momento, son diputados de la República.
No hay duda de que a la oposición le asiste la razón y el derecho. Otra cosa es la oportunidad de su ejercicio. Sin dejar de ejercer su autoridad y firmeza, la bancada democrática no debe ni puede entrar en escaramuzas que debiliten su ejercicio.  Debe, ante todo, proponer un proyecto de Reconciliación Nacional, haciendo caso omiso de falsas impugnaciones, insultos y vituperios.
Ante todo y todos, buscar una amplia base de confianza y delegación Nacional, buscar y obtener las bases de una Reconciliación Nacional.  Lo demás, se desmoanrá  naturalmente por su proprio peso.

El desquicio


La Sra. Ministra de Agricultura Urbana, Sra. Emma Ortega, llamó “a sembrar en latas, botellas y tobos vacíos”. Un tal Ministerio y una tal afirmación, son una muestra de la colosal falta de cordura que ensombrece a nuestro Desgobierno Nacional. Es la mímica, caricaturesca, y palmariamente plagiada, simiesca, del llamado del Sr, Chávez a la construcción de “gallineros verticales”. Es el desvarío psicópata de un gobierno desquiciado, esquizofrénico y completamente desfasado de la realidad, ante el cual, nos quedamos vaciados de calificación y epitomes. Sin adjetivos que mínimamente lo califiquen.  Ante este tipo de nombramientos y declaraciones nos sentimos, sencillamente, boquiabiertos y paralizados porque no sabemos cómo debatir ante tanta ignorancia, tozudez y dogmatismo. ¿Qué nos están proponiendo? ¿Que renunciemos a la reactivación del campo? ¿Qué renunciemos ante la paralización de la producción de miles de toneladas de vegetales y tubérculos provenientes de miles de hectáreas plenamente aptas para la producción, pero políticamente inhabilitadas, en nuestro campo?  

?Alguna vez, Sra. Ministro, se paseó Ud. por los páramos de Trujillo y Mérida? ?Alguna vez se dio cuenta de la descomunal extensión de nuestros Llanos? ?Alguna vez entró y se perdió en la extensión forestal de Uverito, que es el doble del area total de Luxemburgo? ?Se percató, alguna vez, que nuestra area cultivable es miles de trillones de veces superior a la superfície de botellas y tobos que nos propone?

La gente que piensa, en nuestro país, ha desistido de dialogar o debatir ante la contumacia imbécil, la sencilla estupidez. Yo creo que no, que no debemos desistir de hacerlo. Que es necessário desarticularla, denunciarla y combatirla, por mucho que nos cueste encontrar una lengua de debate común. Nos están proponiendo claudicar de una política de reactivación agrícola y agropecuária a cambio de una subsistencia lumpen precária, de una subsistencia precária y mínima: plantando lechugas en un tobo de nuestro patio! Jamás lo admitiremos Sra. Ministra, jamás. Ni tiene su propuesta la más mínima factibilidad de hacerse realidad.

Todos lo sabemos y damos por establecido. Ya todos nos cansamos de denunciar, contraponer, cuestionar, siquiera debatir ante la contumacia palmaria y básica de V/ discurso. El problema es que mientras no lo hacemos, Ud. cuenta con los medios de comunicación para propagandear la mentira y subvertir la verdad. Y algunos de nosotros no nos queremos hacer cómplices, por silencio y omisión, de ese crimen. Su discurso, inocente y verde, condena al pueblo al hambre, a la miseria, a la necesidad. Es criminal.

Ya dejó de existir una plataforma mínima de entendimiento, que permita la discusión y el debate. El nombramiento de su descalabrado ministerio es la declaración contundente de la desesperación, el desafuero y la debacle que cunde en nuestro Desgobierno. El preámbulo abrupto de su fin.



 

Reconciliación Nacional

Los diputados de la Oposición vienen hablando de una “Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional”. Es una designación feliz, aunque le reversaría los términos, la llamaría Ley de Reconciliación, y dejaría para una segunda instancia la Ley de Amnistía. No me opongo a ella, sino todo lo contrario; es una de las facultades más clara y contundentemente atribuidas a la Asamblea, y hasta creo que puede ser promulgada sin pasar por la revisión del Ejecutivo. La Constitución es así de clara. Solo que no me parece oportuna.

 

La gente no votó con las esperanzas puestas en una Amnistía, sino por el abastecimiento, la seguridad y el encarecimiento insoportable de la vida. Tengan la plena seguridad, Señores diputados, que la gente no votó por una Amnistía.

 

La primera, ineludible responsabilidad de la Asamblea Nacional, es la de garantizar su funcionamiento y el acatamiento de sus decisiones, no dejándose entrampar en la agenda subversiva y conflictiva del Gobierno, que está planteando “un conflicto de Poderes”, llamando sus milicias a la violencia.

 

La observación del Sr. Diosdado Cabello, amenazando de que “a la Asamblea no le va a llegar un céntimo” es sencillamente patética puesto que es la propia Asamblea quién aprueba el Presupuesto de la Nación, con sus partidas debidamente atribuidas a cada órgano del Estado, incluyéndose a sí misma. Pero en la práctica se puede convertir en realidad ya que las firmas necesarias a las transferencias bancarias están en manos de un Banco Central vasallo, sirviente y sumiso del Régimen (cosa contraria a la Constitución).  

 Pero este tipo de declaraciones son muy reveladores del tipo de pensamiento que domina al Régimen. Creen que, cómo en el pasado, bajo la figura de Chávez, pueden hacer lo que le de su real gana. En el fondo de su pensamiento político, no entienden que existe una división de poderes que debe ser debidamente respetada y acatada.

El primer deber de nuestra Asamblea es la de legitimarse moralmente (que políticamente sin duda, sobradamente, lo está) ante una masa del pueblo venezolano muy superior al conquistado en las elecciones. A la prácticamente totalidad del pueblo venezolano. Es el paso a su incontreveritble discrecionalidad, decisionabilidad. Y eso se puede hacer mediante una Ley de Reconciliación Nacional, que le dé cabida a toda la Nación Venezolana, de izquierda o derecha, Chavista o Democrática. Y para ello nos urge desmontar el falso divisionismo al que nos condujo dos décadas de intolerancia, desconocimiento, descalificación, insultos y ultraje.

 

El Sr. Chávez, y sus secuaces,  promovieron e instigaron, por todos los medios a su alcance, legales o ilegales, decorosos o, la mayoría de las veces impropios, un divisionismo entre aquellos que estaban con él, y aquellos que no; entre Chavistas y Escuálidos. Los que lo apoyaban servil e incondicionalmente, de un lado; y aquellos que lo adversaban, fuera puertas adentro o puertas afuera del País, del otro. La profundización de esta brecha se tradujo en una hegemonía creciente de su poder político y personal, que utilizó para distribuir prebendas a diestra y siniestra en el más grande ejercicio de populismo y clientelismo político que conoció la historia de América Latina, ya de por si bien abastecida de mesías, libertadores, redentores y caudillos.

 

Se empeñó en dividir al País en dos bandos, en dos facciones, en dos contrincantes irreconciliables. La maquilló de falsos antagonismos entre el pueblo y la burguesía, entre los patriotas y los imperialistas, entre izquierda y derecha, entre revolucionarios y escuálidos. En realidad este discurso vacuo siempre sirvió para ocultar el verdadero clivaje: entre aquellos que lo aclamaban y quienes lo adversaban.

 

 

La primera y más sagrada prioridad de la Asamblea Nacional es la de asegurarse de que va a poder intervenir, gobernar; de que no se va a dejar caer en un juego dónde la aprisionen, amordacen y la neutralicen. Que no va a caer en provocaciones y que nos va a asegurar una actuación sin retaliaciones, al servicio de TODO el Pueblo venezolano. Y una de las más básicas formas de hacerlo es comunicarle al país, de forma muy clara, y sobre todo muy sincera, de que está empeñada en reconciliar al país, en que le va a traer la paz, reconociendo que una gran parte del pueblo, es, fue, y continuará siendo Chavista. Que estuvo en todo su derecho cuándo apoyó a Chávez, y que es perfectamente libre de continuar haciéndolo, si esas son sus convicciones.

 

Fue de una inocencia o cinismo patéticos la alocución del Presidente Maduro cuándo se dirigió a “su” pueblo diciéndoles que votaron engañados, que “votaron contra ellos mismos”. ¡Qué como era posible que lo hubieran traicionado, a él, pobrecito, que se cansa de defenderlos, !y que tenía planes de entregarles a más medio millón de taxis chinos, a más medio millón de viviendas! Es sencillamente patético. Ese “su” pueblo, le acababa de decir contundentemente que no lo quería, que no era suyo.

 

Necesitamos urgentemente rellenar la fosa de divisionismo que el Chavismo cavó casi a lo largo de dos décadas con el fomento infundado del odio y el resentimiento nacional. Más que de una amnistía, que también la necesitamos (aunque no fue por ella que la gente votó), necesitamos, antes de más nada y para poder trabajar, asegurar la paz social, y el reconocimiento de la legitimidad, mediante una resolución de Reconciliación Nacional.

 

Necesitamos decirle a la gente que nadie será perseguido o ni siquiera apuntado, porque fue Chavista. Nadie será señalado porque participó, aunque fuera muy activamente, en las organizaciones de base del Chavismo. Nadie será estigmatizado, acosado, porque fue director de un Instituto, Misión, o incluso Ministerio. Aún sabiendo, y esto es muy importante, como todos sabemos, que una buena parte de los altos cargos dirigentes, civiles y militares, fueron beneficiarios de generosas dádivas, accesos privilegiados y prebendas, beneficiarios de pseudo créditos, viviendas, vehículos, viajes, dólares preferenciales, y choferes. Si no podemos entender esto, saber contemporizar y perdonar esto, no podremos iniciar un proceso de gobernabilidad y de paz, y arrancar con el nuevo proyecto de País por el que todos clamamos.

 

Aunque una cosa, y quisiera recalcar esto, una cosa es contemporizar con los beneficios y prebendas (de las cuales, por cierto, no participaron la aplastante mayoría de nuestros conciudadanos Chavistas); y otra cosa es cerrar los ojos a los crímenes, políticos, militares, judiciales y de peculado, que se cometieron bajo la impunidad más absoluta, en las casi dos décadas de éste régimen.  A esas señoras y señores les recomiendo que aprovechen los próximos meses para preparar sus maletas, re-contra-traspasar y lavar con cloro sus cuentas y propiedades mal habidas, y considérenlo, por ahora, como un súper generoso y magnánimo indulto. Porque serán investigados.

 

Este mismo mensaje debe hacérsele llegar a las Fuerzas Armadas: el 99% de sus integrantes se vieron confrontados, sometidos y adoctrinados. A nadie se le va a perseguir porque hayan gritado “Patria, socialismo o muerte”,  aunque les saliera de lo más profundo del corazón; nadie le va a quitar a un sargento su Cherry y su casita, que probablemente obtuvo a cambio de su comprometimiento con la Causa. Pero con relación a algunos de los generales y almirantes, habrá que investigar. Se les investigará que oscuros intereses personales ocultaron mientras mandaban a gritar esta clase de consignas y ordenando esa clase de actuaciones, decretando, por ejemplo, que se les autorizaba a la FFAA disparar balas de verdad a mansalva sobre manifestantes desarmados; sabiendo que actuaban en rebeldía de la Constitución y de los más básicos derechos humanos.

 

Tendremos que cerrar los ojos ante muchas cosas, ante mucha insidia y muchas mal fechorías, ante malversaciones y delitos, hasta ante algunos crímenes. Nos costará mucho. Pero es el precio de la Paz y la Gobernabilidad. De otra forma nos espera la confrontación civil (jugar en el terreno terrorista del Régimen), y el definitivo colapso de la economía, que parece ser la última y desesperada jugada a la que apuesta el Gobierno. De otra forma nos espera una reconstrucción mucho más difícil y dolorosa para todos. Con muchos muertos y heridos y una catástrofe humanitaria de por medio.

 

Qué Dios, pero ante todo la sensatez, y la inteligencia política, nos ampare. Perdonemos, por mucho que nos cueste. Contemporicemos y no nos dejemos caer en la tentación de la retaliación y la venganza. La aplastante mayoría del pueblo venezolano no merece nuestro repudio y venganza, creer que nos estimula el ánimo de la retaliación y represalia, sino un verdadero espíritu de Reconciliación Nacional que nos permita a todos colaborar en la urgente Reconstrucción Nacional.  Demostrémosle al restante 40% del pueblo venezolano, que antes de ser opositores somos venezolanos, y que nos tratamos a todos, sin excepción, como hermanos, copartícipes de la más grande emergencia nacional ante la cual nos colocó la historia como Nación. Asegurémosle al 99% del pueblo chavista que no será perseguido, señalado, imputado de ningún crimen; y que reconocemos que actuaron de buena voluntad, en el pleno derecho de su expresión política y convicciones.

 
Primero “La Reconciliación Nacional”. No para que nos reconozcan los derechos políticos de la Oposición; sino para que reconozca la Oposición plenamente los derechos de quiénes nos adversan. Y luego, la promulgación de la Amnistía. Anteponer estos términos, por mucha razón que nos asista, es hacerse cómplice de la estrategia de confrontación y violencia con la cual, in extremis causa de desesperación, nos quiere conducir el Régimen.

Mucho más difícil fue, y aún lo es, la reconciliación de Republicanos y Nacionalistas en España; la integración de las dos Alemanias, de la ex Yugoslavia o de la ex Unión Soviética. Mirémonos en el ejemplo del nuestro vecino, el Presidente Santos. Existen crímenes imperdonables. Pero ninguno más grave que impedir, o negarse a posibilitar, la reconstrucción de un País.